Esta es la última entrada de “Un
mes de histeria / Como la vida misma”, ambos títulos me gustan y pasado el mes no
decidí con cual me quedaría. Ha sido un mes interesante, no pensé que esta
locura llegaría a tener lectores, mucho menos seguidores, así que aprovecharé
para agradecerles por haberse permitido perder el tiempo leyendo mis peperas,
espero que al menos hayan sido entretenidas. Quiero agradecerle a Carlos (tú
sabes quién eres) por sus mensajes privados y sus comentarios, que además de
darme mucha risa me hicieron sentir que este blog cumplió su cometido: dar un
poquito de felicidad; gracias por tu apoyo amiguito. También a Vanessita, que
aunque hablamos ya para las últimas entradas fue chévere ese feedback sobre la
Maracaibo sanguinaria y saber que me leía con frecuencia. Y por supuesto, a
Mayli por sus comentarios y compartirme en su Facebook, es más de lo que
esperaba como escritora de parte de una colega y gran lectora. Mari, sos un
sol. Krizia y Daniela, aunque nunca me comentaron nada les agradezco por sus likes, aunque me hubiera gustado que
dijeran algo, ustedes saben, uno siempre buscando aprobación.
Aquí estoy agradeciendo como si
me hubiera ganado un Oscar o algo así, pero es que nunca había recibido tanta
atención, al menos no por algo que hubiera decidido empezar por mi cuenta, por
un proyecto personal. Debo confesar que me costó en algunos momentos, sobre
todo por la falta de disciplina, aunque luego escribiera dos y tres entradas de
golpe y las publicara. Sí, hice trampa, pero al menos las entradas las escribía
en mi cabeza el día que debieron salir, así no salieran, ya fuera por la falta
de internet, de tiempo o de sobriedad. Esta experiencia con la escritura me ha
acercado de nuevo a ella y de una forma diferente, alejada un poco de la
academia y más apegada a la realidad, a la vida diaria. Debo decir que este
blog surgió más o menos por esa razón, porque siempre me abstuve de escribir al
no producir nada elegante, nada sobrio, nada con clase, nada literario, al menos a mi parecer. Pero
luego pensé, la literatura muta tanto como el lenguaje, sino el Quijote no
tendría tantas adaptaciones, ¿no? El que lo ha leído en su escritura original
–no digo idioma porque técnicamente
es el mismo, castellano, español, el nuestro- sabe que es difícil entenderlo, y
sabe que ya nadie habla en su día a día de esa forma. El que ha leído clásicos
del siglo de oro español sabe que no están escritos de la misma forma que otros
clásicos, como Cien Años de Soledad o algún cuento de Borges. Entonces, la
literatura muta, y aunque es bueno tener maestros y tratar de imitarlos en
cierto momento, pero uno debe seguir su voz, no dejarla acallar, porque si no,
¿a dónde iríamos? No digo que este proyecto sea la nueva literatura, no lo considero un proyecto literario, pero sí
creo que este tipo de escritura debe tener algún lugar en el mundo, o al menos
eso espero.
Carlos, sé que me pediste que
siguiera escribiendo, mi mejor amigo también lo hizo. Solo les puedo decir que
lo pensaré. Aún no sé si será en este mismo blog, porque me gustaría cerrar
esta etapa, pero sí sé que no será un proyecto diario, es mucho compromiso para
esta pobre loca desordenada. Pero bueno, gracias a todos por sus visitas, me
voy con la misma emoción de hace un mes, cuando publiqué la primera entrada y
vi 22 visitas en el contador. Jamás creí que 22 personas me leerían y mucho menos que ese número incrementaría tanto, en
realidad no pensé tener más de 7 lectores, pero a los que nombré y a los que no
nombré, ya sea porque no se manifestaron (aún pueden hacerlo) o porque me lo
dijeron de formas inapropiadas (tú sabes quién eres, pimienta negra), gracias,
gracias, ¡gracias! Espero que quieran seguir leyendo mis ataques de histeria en
el futuro, y espero que me sigan pasando cosas interesantes para contarles,
porque si no, ¿para qué la vida, no creen? Hasta pronto, queridos lectores, mis
amigos invisibles -como dijo Uslar Pietri en su momento-, ojalá un día
pudiera tomarme una cerveza con ustedes, para que el cariño dure más.