sábado, 25 de agosto de 2012

Baby Nokia: Te extraño


Hoy salgo para Maracaibo y me estoy preparando para ese viaje de 12 horas. Últimamente he hecho tantas veces ese trayecto que ya me parece una cosa cualquiera, y los preparativos van disminuyendo a medida que uno se acostumbra, como ocurre con todo. Antes me llevaba cualquier cantidad de comida, ahora me llevo un chocolate y una botella de agua de medio litro. Uno aprende que mientras menos cosas lleve, más cómodo es todo, obviamente. Una de las cosas que no puede faltar en mis viajes es la música, pues no puedo leer ni escribir en un vehículo en movimiento, a menos que quiera redecorarlo todo con lo que haya en mi estómago. Sin embargo, en este viaje de regreso -¿cómo sabe uno cuando regresa a algún lado?- la cosa ha sido un poco más complicada, porque estoy estrenando un iPod suenan aplausos grabados. Finalmente tengo algo de esa avalancha comercial y mediática llamada Apple, y no porque lo haya comprado, sino porque me lo gané en un concurso –al fin Twitter me sirvió de algo. A pesar de que es un reproductor pequeño en tamaño –modelo Shuffle- y en capacidad -2GB-, meterle música fue, como dicen en Gales, un cojeculo. Menos mal que está tan de moda eso de tener iCosas, que ayuda no me faltó de parte de mis amigos en Twitter, así que luego de 14 horas de batalla con ese jinete del apocalipsis llamado iTunes, logré meterle unas cancioncitas al aparatico, y espero no aburrirme de ellas en un buen tiempo porque qué ladilla, pana.

Entonces digo, ¿cómo se pone de moda algo tan complicado? Será que soy muy doña, pero esos conocimientos solo te sirven para ayudar a los que vayan cayendo en las redes de Apple y para poder fanfarronear entre los muchachitos hipsters estos, tan seguidores de Apple. No estoy despotricando de la marca ni de los muchachitos hipsters esos, solo me parece una cosa muy curiosa cómo una marca puede volverse una especie de culto y sinónimo de status social, ni siquiera económico porque cualquier pelabolas puede tener un iPhone, pero eso lo vuelve chévere/alternativo automáticamente. Si me preguntan yo me quedo con el pendrive-mp3 de pantallita LED que me ha acompañado por 5 largos años, porque este aparatico shuffle no tiene pantalla, pero igual se agradece porque fue gratis y, según me cuentan, así nuevecito vale lo mismo que lo que gasté esta semana en Caracas. También me dicen que es de muy buena calidad y me va a durar mucho tiempo, vamos a ver si me dura tanto como mi antiguo Baby Nokia, cómo quisiera verlo de nuevo para poder despedirme de él como merece. Pues sí, señores, tengo iPod, y le puse de nombre Erpo, porque más o menos así me siento con él*.

*Esto solo lo entenderán si vieron La Pelota de Letras, y no me siento como el chamito sino como el papá del chamito, medio confundida.

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