La verdad yo nunca creí en dios,
a pesar de haber crecido en una familia católica muy temerosa de él. Recuerdo
que mi abuela –antes de volverse loca y maldecir a la Chinita en el hospital en
plena feria- siempre me decía que tenía que ser obediente a dios y tenerle
miedo, mucho miedo, porque si no iría al infierno. También me decía que no
podía comer cochino ni sus derivados porque la biblia prohibía comer animales
de pezuña hendida, y muchas cosas así, siempre usando como argumento el miedo a
los castigos de dios. Debo decir que siempre fui una niña muy racional, así que
nunca me cuadró el cuento de ese tipo todopoderoso castigador al que debía
hacerle caso y tenerle miedo, y mucho menos entendía por qué le tenían tanto
miedo si nunca lo habían visto. Entonces pensé que las personas le tienen miedo
a lo desconocido, y por eso se aferran a sus rutinas, así sean rutinas llenas
de miedo, lo cual me parece excesivamente chimbo. Todo eso lo pensé a los 7-8
años.
No sé, vi esta imagen en Facebook y me dio mucha risa. Genius! |
Antes de toda esa reflexión, ya
me parecía absurdo tener que rezar todas las noches antes de acostarme, aunque
igual lo hacía porque mi mamá y mi abuela me obligaban, y me imagino que me
veía muy bonita rezando porque no dejaban de mirarme sonriendo. Sin embargo
disfrutaba más rezarle al ángel de la guarda porque rimaba y me parecía un
ángel muy pana pues, a los 6 años era chévere pensar que podía andar por allí
tranquila porque tenía un ángel invisible caminando a mi lado y cuidándome, creo
que fue el único amigo imaginario que tuve en la infancia, y me parecía
realmente útil porque siempre me la pasaba cayéndome, así que cuando me caía me
ponía brava con él y me lo imaginaba distraído por allí hablando con los otros
ángeles que cuidaban a los demás niños. Luego simplemente desapareció, como
todos los amigos imaginarios.
Después, cuando ya era más grande
-9-10 años- y mi familia vio que no lograron asustarme con dios, trataron de
vendérmelo como alguien chévere, muy bueno, que nos amaba a todos. Entonces no
entendía por qué había tantos niños por allí sufriendo en la calle o en hogares
chimbos, pasando hambre, enfermos de cosas feas y eso. Y la verdad me sentía
muy extraña, porque todo el mundo creía en dios y yo quería creer, pero
simplemente no podía, nunca pude.
Luego de eso, por varios años no
me preocupé por el asunto de dios y la religión, me daba muy igual, hasta que
llegué a esta edad y mis amigos empezaron a casarse y tener hijos. Ese no era
el problema, sino que se veían obligados a excluirme de asuntos importantes
para ellos por el hecho de que yo no creyera en el catolicismo. Mi mejor amiga
quería ponerme de madrina de su boda, pero no lo hizo por eso y terminó
poniendo a una prima suya, su argumento fue “yo te quiero mucho, pero sé que no
crees en dios ni en el matrimonio y necesito de madrina a alguien que me ayude
a creer en lo que estoy haciendo”. Yo respeto eso, normal, pero me parece una
cosa muy curiosa desde un punto de vista socio-antropológico. Lo mismo ocurre
con mi mejor amigo, que me chantajea con ser la madrina de sus hijos. Siempre
me ha gustado la idea de apadrinar, creo que sería tremenda madrina porque
quiero mucho a mi amigo, pero me dice que no puede darme ese papel porque no
creo en el catolicismo; aparte de eso, me echa broma diciendo que no habrá
fuerza en la naturaleza que le impida evangelizar a mis hijos cuando los tenga.
Qué cosa tan divertida es la religión. Es como un club al que no puedes entrar
sin membresía o algo así. Pero esa es la parte divertida.
Una vez hablaba con una amiga
sobre el espíritu, que uno atrae lo que le pasa, y eso. Recuerdo que le hablé
de una amiga que fue abusada de niña y por eso no creía en dios, entonces mi
amiga me dijo que seguramente eso le había pasado porque no había dejado entrar
a dios en su corazón. De verdad que me tuve que controlar para no decir lo que
quería decirle, simplemente dije “pues qué bolas que pienses algo así de una
niña abusada, no sé cómo pretendes convencer a alguien de creer en dios con
semejante argumento”, o algo así, pero de verdad, wtf dude? ¿En serio piensas
así? Pues creo que estás entendiendo mal a tu dios, como muchas otras personas.
Dios debería venir con un manual para la gente así, hasta donde sé, Jesucristo
predicó el amor al prójimo and shit, ese amor creo que incluye la comprensión,
la humanidad, ¿sí saben a lo que me refiero, no? Tipo que te corra sangre en
las venas, que sientas por los demás. Yo vivo así, creo en esas cosas, siempre
me ha gustado ayudar a los demás y no lo hago en espera de ningún cielo, con
una sonrisa de agradecimiento (o no) me basta. Creo que de eso se trata ser
humano.
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