martes, 21 de agosto de 2012

Ateos de nacimiento


La verdad yo nunca creí en dios, a pesar de haber crecido en una familia católica muy temerosa de él. Recuerdo que mi abuela –antes de volverse loca y maldecir a la Chinita en el hospital en plena feria- siempre me decía que tenía que ser obediente a dios y tenerle miedo, mucho miedo, porque si no iría al infierno. También me decía que no podía comer cochino ni sus derivados porque la biblia prohibía comer animales de pezuña hendida, y muchas cosas así, siempre usando como argumento el miedo a los castigos de dios. Debo decir que siempre fui una niña muy racional, así que nunca me cuadró el cuento de ese tipo todopoderoso castigador al que debía hacerle caso y tenerle miedo, y mucho menos entendía por qué le tenían tanto miedo si nunca lo habían visto. Entonces pensé que las personas le tienen miedo a lo desconocido, y por eso se aferran a sus rutinas, así sean rutinas llenas de miedo, lo cual me parece excesivamente chimbo. Todo eso lo pensé a los 7-8 años.

No sé, vi esta imagen en Facebook y me dio
mucha risa. Genius!
Antes de toda esa reflexión, ya me parecía absurdo tener que rezar todas las noches antes de acostarme, aunque igual lo hacía porque mi mamá y mi abuela me obligaban, y me imagino que me veía muy bonita rezando porque no dejaban de mirarme sonriendo. Sin embargo disfrutaba más rezarle al ángel de la guarda porque rimaba y me parecía un ángel muy pana pues, a los 6 años era chévere pensar que podía andar por allí tranquila porque tenía un ángel invisible caminando a mi lado y cuidándome, creo que fue el único amigo imaginario que tuve en la infancia, y me parecía realmente útil porque siempre me la pasaba cayéndome, así que cuando me caía me ponía brava con él y me lo imaginaba distraído por allí hablando con los otros ángeles que cuidaban a los demás niños. Luego simplemente desapareció, como todos los amigos imaginarios.

Después, cuando ya era más grande -9-10 años- y mi familia vio que no lograron asustarme con dios, trataron de vendérmelo como alguien chévere, muy bueno, que nos amaba a todos. Entonces no entendía por qué había tantos niños por allí sufriendo en la calle o en hogares chimbos, pasando hambre, enfermos de cosas feas y eso. Y la verdad me sentía muy extraña, porque todo el mundo creía en dios y yo quería creer, pero simplemente no podía, nunca pude.

Luego de eso, por varios años no me preocupé por el asunto de dios y la religión, me daba muy igual, hasta que llegué a esta edad y mis amigos empezaron a casarse y tener hijos. Ese no era el problema, sino que se veían obligados a excluirme de asuntos importantes para ellos por el hecho de que yo no creyera en el catolicismo. Mi mejor amiga quería ponerme de madrina de su boda, pero no lo hizo por eso y terminó poniendo a una prima suya, su argumento fue “yo te quiero mucho, pero sé que no crees en dios ni en el matrimonio y necesito de madrina a alguien que me ayude a creer en lo que estoy haciendo”. Yo respeto eso, normal, pero me parece una cosa muy curiosa desde un punto de vista socio-antropológico. Lo mismo ocurre con mi mejor amigo, que me chantajea con ser la madrina de sus hijos. Siempre me ha gustado la idea de apadrinar, creo que sería tremenda madrina porque quiero mucho a mi amigo, pero me dice que no puede darme ese papel porque no creo en el catolicismo; aparte de eso, me echa broma diciendo que no habrá fuerza en la naturaleza que le impida evangelizar a mis hijos cuando los tenga. Qué cosa tan divertida es la religión. Es como un club al que no puedes entrar sin membresía o algo así. Pero esa es la parte divertida.

Una vez hablaba con una amiga sobre el espíritu, que uno atrae lo que le pasa, y eso. Recuerdo que le hablé de una amiga que fue abusada de niña y por eso no creía en dios, entonces mi amiga me dijo que seguramente eso le había pasado porque no había dejado entrar a dios en su corazón. De verdad que me tuve que controlar para no decir lo que quería decirle, simplemente dije “pues qué bolas que pienses algo así de una niña abusada, no sé cómo pretendes convencer a alguien de creer en dios con semejante argumento”, o algo así, pero de verdad, wtf dude? ¿En serio piensas así? Pues creo que estás entendiendo mal a tu dios, como muchas otras personas. Dios debería venir con un manual para la gente así, hasta donde sé, Jesucristo predicó el amor al prójimo and shit, ese amor creo que incluye la comprensión, la humanidad, ¿sí saben a lo que me refiero, no? Tipo que te corra sangre en las venas, que sientas por los demás. Yo vivo así, creo en esas cosas, siempre me ha gustado ayudar a los demás y no lo hago en espera de ningún cielo, con una sonrisa de agradecimiento (o no) me basta. Creo que de eso se trata ser humano.

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