Jamás entenderé por qué me es tan
difícil trabajar en algo para la universidad. Apenas pretendía empezar a
trabajar en mi tesis, algún ensayo o alguna investigación, cualquier cosa me
distraía y caía en la inevitable procrastinación. Lo curioso es que no soy la
única, pues la mayoría de mis compañeros de carrera también cultivaban esta
costumbre de dejar todo para último momento. Y más curioso aún, todos teníamos
la misma excusa: es que bajo presión
trabajo mejor. Y no los culpo.
Mis mejores ensayos y trabajos de
investigación los he escrito bajo presión, será por la adrenalina o quién sabe
por qué, pero sentarme dos días antes a escribir algo nunca me ha funcionado.
He llegado a pensar que en esto influye la época que estamos viviendo, donde el
culto a lo inmediato es nuestro sello. Hace 20 años viejo era algo tenía 2 años, ahora es algo que tiene 2 horas
rodando por internet. Todo es culpa de internet, o bueno, del uso que le damos.
Lo cierto es que es difícil desconectarse por completo cuando te comunicas por
algún cliente de mensajería instantánea con tus compañeros para pasarse algún
material relevante para el trabajo que estén realizando, y entre esas
comunicaciones se cuela algún video gracioso o alguna foto de algún gato
haciendo cualquier cosa. Es difícil ponerse serio hoy en día, quizás sea culpa
de los gatos y su capacidad de ser tan fotogénicos.
También sucede que uno asume
compromisos que es difícil llevar a cabo, sobre todo por todas las cosas que se
tienen que hacer día a día. Tengo menos de un mes para entregar la tesis
empastada junto con todos los requisitos para ir a acto de grado, y en vez de
estar afinando ciertos detalles aquí estoy, escribiendo esto para no dejar
vacío el blog ni un solo día, y que no se diga que no puedo terminar este
ejercicio de disciplina. Los tiempos actuales nos han llevado a pensar que
mientras podamos encargarnos de más cosas, más capaces y talentosos somos. Aún
no me creo talentosa, pero sí me gustaría probar qué tan capaz puedo llegar a
ser, y por eso me pongo a tratar de sostener más cosas de las que puedo entre
estas manos dormilonas. Algún día aprenderé, y espero poder escribirlo para
ustedes si aún están dispuestos a leerlo. No quiero ser una historia de éxito,
pero si quisiera tener una historia entretenida, pues ¿para qué otra cosa
vivir, sino para tener una historia que valga la pena recordar y contar? Hasta la próxima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.