Poesía audiovisual. |
Hoy fui al cine a ver el remake de Total Recall. Para aquellos a
los que ese nombre no les suene mucho, es esa película de 1990 donde
Suarseneguer –nunca voy a aprender a escribir ese nombre, ¡NUNCA!- es un agente
secreto a quien le borraron la memoria y va a Marte a que se le salgan los ojos
por la falta de oxígeno, una de las escenas más memorables de la película,
además de la prostituta de tres tetas. Con lo de la tipa de tres tetas seguramente
dijeron “aaaaaah, yaaaaa”, sí, la debieron ver en algún momento por Venevisión,
es de esas películas que pasaron hasta que les sacaron el color, como Mentiras
Verdaderas o Beethoven. Ahora, ¿qué diferencia a Total Recall de esas otras
películas? Lo que diferencia a los clásicos del resto de las películas, ¿y qué
hace a un clásico? Al menos en el cine, lo que hace a un clásico es el impacto
que creó en el momento y la época en que salió, y Total Recall tuvo un impacto
muy grande en la época por sus efectos especiales, caso muy parecido a Blade
Runner, películas que tuve que volver a ver porque mis amigos viejos me
hablaban emocionados de ellas y nunca entendía por qué. Debo decir que ya
entiendo por qué, y al menos desde mi opinión, es porque los efectos especiales
y las secuencias le dan mil patadas a cualquier película de acción/ciencia
ficción en la actualidad. Un amigo me dice que esto ocurre porque antes se
afanaban más en las cosas y el público era más exigente, ahora es más barato e
igual de ganancioso hacer una vaina
caimán a computadora y vendérsela a los consumidores bobolongos de hoy en día.
Un ejemplo bastante evidente es
la fiebre con el 3D. Ahorita agarran cualquier vaina y la lanzan en 3D, pero el
problema no es eso, sino que quieren cobrar como si le pudieras dar un abrazo a
Bambi y lo que hicieron fue ponerle un filtrico para darle un poquito de
perspectiva a la vaina. Yo aún tengo un poquito de confianza en la gente, y
cuando gente mayor que yo me dice que fueron a Disneylandia en los 80 y los
efectos 3D eran para cagarse encima de lo espectaculares, yo les creo, porque
lo dicen con la sinceridad de la melancolía, sobre todo al recordar el platal
que perdieron para llevar a sus hijos al Sambil a ver una porquería 3D de esas
que abundan en cartelera. Pero no venía a hablar de eso, sino del miedo que le
tenemos a los remakes.
El humano es un animal de
costumbre, por eso cuando algo viene a alterarle esa rutina que le da seguridad,
se pone en alerta. Sinceramente, yo iba con miedo a que el remake fuese una total porquería, como ya había leído en algunas
opiniones en internet, pero como la gente también dice que The Dark Knight
Rises es mala –imbéciles-, decidí ir a verla yo misma. La verdad es que me
pareció todo lo buena que puede ser una película de acción/ciencia ficción,
quitando el hecho de que fuera un remake.
A diferencia de otros remakes que
he visto, esta fue una adaptación muy interesante, ya que conservaron los
nombres de los personajes principales y algunas escenas emblemáticas del
clásico, de hecho en algunas usaron la confusión y la ambigüedad y jugaron con
el espectador de una manera que me pareció absolutamente genial, aún las
recuerdo y digo “ok, eso fue genial”. Además de esto, los efectos excelentes y
las secuencias tan bien logradas –no se perdió nada en ninguna, no hubo ningún
momento en que dijera “ya va, ¿qué pasó ahí?” y eso conmigo es casi imposible
en cualquier película- lo que más me gustó es que la historia fuera
completamente diferente a la del clásico. Se arriesgaron y, a mi parecer y al
de los cinco amigos que fueron conmigo, lo lograron, muy bien logrado.
Con esto lo que les digo es que
pierdan el miedo, no los prejuicios. Claro, no todo el miedo, sino no habría
sorpresas en sus vidas y además serían unos idiotas, porque no tener miedo a
nada es de idiotas. Lo que digo es que la renuencia a las nuevas experiencias a
veces nos hace perdernos cosas muy interesantes, vayan a ver Total Recall, al
fin Colin Farrell la pegó con una película como personaje principal. Pero antes
vean el clásico, siempre, siempre hay que respetar a los clásicos, sino
Suarseneguer irá a pellizcarlos en la noche y podría matarlos... del susto, pues bien
viejo y feo que está el pobre ya.
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